
Es muy probable que, después de las fiestas, tengas restos de jamón en tu despensa. Seguro que en tu casa habéis dado buena cuenta de la pata de jamón que os regalaron por Navidad, pero ¿y qué hay del hueso? ¿Qué piensas hacer con él?

Estas fechas son muy especiales para todos. Los hogares se llenan de luces, ilusiones y propósitos de año nuevo. En ocasiones así, no hay nada más apetecible que reunirnos alrededor de una mesa, para degustar lo mejor de nuestra gastronomía junto a las personas que más queremos.

Si hay un producto que se repite invariablemente en todos los menús navideños es el jamón. Ni los asados, ni los canelones, ni la escudella, ni el marisco son capaces de unir a tantas personas como este delicioso manjar.

El jamón ibérico es uno de los mayores placeres gastronómicos de nuestro país, por lo que suele estar presente en las celebraciones especiales y eventos importantes.

El jamón ibérico es un alimento de sabor exquisito y de gran valor nutricional presente desde hace siglos en la gastronomía española. Diversos estudios han mostrado sus beneficios para la salud y han desmentido mitos como la idea de que su consumo engorda.

Es posible que muchas veces, a la hora de comprar un jamón, nos asalten las dudas. Ya no solo se trata de seleccionar el jamón, sino también el formato (cortado, entero, envasado al vacío, etc.), así que hoy queremos arrojar un poco de luz sobre esta cuestión hablando sobre los maletines de jamón y sus ventajas.