Cumpleaños, bodas, celebraciones, Navidades, promociones… Un buen jamón ibérico tiene el poder de transformar cualquier reunión en una auténtica fiesta para el paladar. Elegir la pieza adecuada para tu ocasión especial puede parecer desafiante, pero, con las pautas que te compartimos en este artículo, seguro que satisfarás a todos tus comensales.
Reconoce un buen jamón ibérico a simple vista
Las primeras impresiones lo son todo; por eso, la elección del mejor jamón ibérico empieza con la observación atenta. Un jamón ibérico de calidad se destaca por su hueso de color dorado, indicativo de una curación adecuada. La grasa, elemento crucial en cualquier pieza ibérica, debe ser blanda y jugosa.
Otro detalle importante es la consistencia de la babilla, la parte más estrecha del jamón: al ser presionada suavemente debería ceder un poco, no estar demasiado dura ni hundirse con facilidad, ya que eso nos indicará que el jamón ibérico tiene la textura correcta.
Aprende a leer las bridas de los jamones
El sistema de etiquetado es fundamental para entender la procedencia y calidad del jamón ibérico. Las bridas de colores no son solo un detalle estético, sino una guía para entender la procedencia y las características del producto:
- Brida negra: es el sello exclusivo de los jamones de bellota 100 % ibéricos. Estos jamones provienen de cerdos criados en la dehesa, alimentados exclusivamente con bellotas y hierbas silvestres, y ofrecen un sabor intenso y matizado, con un entreverado fino y aromático.
- Brida roja: representa los jamones de bellota 50 % ibéricos, resultado del cruce entre la madre ibérica y el padre duroc. Aunque comparten la crianza en la dehesa y la alimentación silvestre con los 100% ibéricos, estos jamones tienen un sabor más profundo y matizado, caracterizado por un veteado abundante.
- Brida blanca: identifica a los jamones de cebo ibérico 50 %, de madre ibérica y padre ibérico, cuya alimentación se basa en piensos de cereales y leguminosas. Criados en granjas, estos jamones ofrecen un sabor más suave y una textura tierna, ideal para aquellos que prefieren sabores menos intensos.
Selecciona la opción que mejor se adapte a ti
Una vez que has identificado la calidad y tipo de jamón, el siguiente paso es seleccionar la opción que mejor se adapte a tus necesidades. Para esto, considera la cantidad de jamón necesaria por comensal, que suele ser entre 80 y 100 gramos. Además, piensa si prefieres la experiencia de cortar tu propio jamón o la comodidad de tenerlo ya loncheado y envasado al vacío, listo para consumir.
Consejos para una selección perfecta
- Adáptate a la ocasión: la elección del jamón debe estar en sintonía con el evento. Un jamón entero puede ser el centro de atención en grandes reuniones, mientras que para las más íntimas o individuales, nuestro jamón loncheado es más práctico.
- Habilidades de corte: si disfrutas del arte de cortar el jamón, una pieza entera te brindará esa oportunidad. En cambio, si prefieres evitar esta tarea, opta por el jamón ya loncheado, que mantiene todo su sabor gracias a nuestro cuidadoso envasado al vacío.
- Presupuesto y calidad: gracias a nuestro compromiso con la máxima calidad, tenemos opciones deliciosas que se adaptan a todos los bolsillos. Si prefieres una opción más económica, también puedes probar nuestros deliciosos embutidos ibéricos, tanto el lomo, como el salchichón o el chorizo.
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